La tensión arterial y el pulso disminuyen hasta la normalidad a los 20 minutos del abandono del tabaco.
Los niveles de monóxido de carbono en la sangre bajan y el nivel de oxígeno se normaliza a las 12 horas del abandono del tabaco.
El riesgo de ataque cardíaco súbito disminuye a las 24 horas de la interrupción del tabaquismo.
Los sentidos de olfato y gusto mejoran a las 48 horas la interrupción del tabaquismo.
La circulación y los pulmones funcionan mejor por lo que puedes caminar con menor dificultad y las heridas se curan más rápido de 2 semanas a tres meses del abandono del tabaco.
Los síntomas como la congestión nasal, la tos, fatiga y dificultad para respirar mejoran de 1 a 9 meses de dejar de fumar.
El riesgo de enfermedad coronaria se reduce un 50%, es decir, resulta la mitad que si continuara fumando (que la persona que todavía fuma) al año del abandono del tabaco.
El riesgo de cáncer de pulmón (50%), laringe y páncreas disminuye a los 10 años del abandono del tabaco.
El riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular se iguala al de una persona no fumadora a los 15 años del abandono del tabaco.