Los programas de rehabilitación cardiaca son un conjunto de medidas que tienen por objetivo que los pacientes recuperen su vida normal desde un punto de vista social, familiar y laboral. Este proceso consiste en facilitar el control de los FRCV, evitar o mejorar posibles alteraciones psicológicas, mejorar la capacidad física o funcional, normalizar las relaciones sociofamiliares y sexuales, facilitar la reincorporación al mundo laboral y disminuir la posibilidad de padecer un nuevo evento cardiovascular que provoque un reingreso o una reintervención.
Se realiza en tres fases asistenciales por un equipo multidisciplinar compuesto por un cardiólogo, un médico rehabilitador, un enfermero, un fisioterapeuta y un psicólogo. Las fases asistenciales son:
Se corresponde con el tiempo que el paciente permanece ingresado y se realiza una valoración del paciente, clasificación según su riesgo cardiaco e información.
Se inicia tras el alta del paciente de forma ambulatoria con un programa de ejercicio físico y refuerzo de los cambios en el estilo de vida.
Se lleva a cabo durante toda la vida del paciente para mantener los cambios realizados en los hábitos y estilo de vida que se han adquirido en las fases anteriores con una buena alimentación cardiosaludable y práctica diaria de ejercicio físico.
Se ha demostrado que la rehabilitación cardiaca disminuye los ingresos por enfermedad cardiovascular y el riesgo cardiovascular de los pacientes mediante el control de los factores de riesgo cardiovascular y la adquisición de hábitos de vida saludables.