Es fundamental querer dejar de fumar y ser consciente de la necesidad de hacerlo. Aunque haya tenido intentos fallidos previos no debe rendirse. Se recomienda:
Contar con apoyo familiar.
Fijar una fecha en el calendario para empezar a dejar de fumar.
Redactar una lista con los motivos para dejar de fumar.
Apuntar en un calendario o en un diario los cigarrillos que fumas a lo largo del día, la hora, y lo que estabas haciendo. Quitar los encendedores y ceniceros de los lugares donde suele estar.
Evitar las situaciones en las que solía fumar y realizar otros planes: realizar más actividad física, comer abundante fruta, etc.
Es importante recordar que la ansiedad, irritabilidad, aumento del apetito (síntomas de abstinencia) son pasajeros.
En caso de no poder hacerlo solo, pida ayuda a los profesionales sanitarios. Existen tratamientos farmacológicos que pueden hacer más llevadero el proceso de dejar de fumar. Además, le proporcionarán estrategias para que consiga su objetivo y valoraran la posibilidad de que necesite ser incluido en un programa de deshabituación al tabaco.
La mayoría de los exfumadores han recaído alguna vez. ¡No se desanime y vuelva a intentarlo!